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(Cartita al Director, amablemente publicada por el HERALDO DE ARAGÓN, 28/2/2011)Estaba entonces a mitad de carrera en la Universidad Politécnica de Madrid ( todavía vivía Franco). Nuestro catedrático de edafología (suelos) un hombre realmente sabio y no lo digo por decir, se cachondeaba en clase de los disparates técnicos que estaban arropando los cálculos de ingeniería para el proyecto del trasvase Tajo/Segura.
No se me olvidarán aquellas clases verdaderamente magistrales en donde también nos advertía de que el ingeniero nunca podrá decir no al político, y así es la realidad desde luego, si hay que firmar cualquier falsedad pues se firma y punto, porque si no firmas tú ya firmará otro y a ti ya sabes lo que te espera. Por cierto, los hechos de aquel trasvase (volúmenes de agua realmente trasvasados frente a previsiones oficiales) han corroborado que mi catedrático tenía toda la razón. ¿Y aquí y ahora?, bueno nuestro Presidente afirmó que ningún funcionario (se entiende bajo su mando) se atrevería a decir que mandar agua desde Ebro a la ciudad de Barcelona fuera trasvasarla, y..., efectivamente, nadie se atrevió
